Las personas que integran la comunidad educativa tienen derecho a un ambiente pacífico, que fomente la sana convivencia. Es por ello que se debe evitar la presencia de armas, las cuales representan un peligro que atenta contra la integridad y genera más violencia.
Los conflictos pueden ser resueltos de manera creativa y pacífica, para construir relaciones armoniosas e inclusivas, que permitan vivir una cultura de paz. Por esta razón, toda la comunidad educativa debe comprometerse a la eliminación de cualquier tipo de armas.