Pasar al contenido principal

 

Escuela Luis Felipe Gonzalez
Portada de la Luis Felipe Gonzalez
Sabanilla , Centro
Teléfono de la institución
2449-6555
Correo electrónico institución
Horario
24496566
Nivel
Jornada
Condición
Pública
Código presupuestario
5731541197
Correo Junta
Nombre director
Marlen Peralta Artavia
Directora de la Luis Felipe González
Estandarte
Estandarte de la Luis Felipe Gonzalez

Oferta Educativa y Servicios que se brindan

 

Año de creación
1888
Reseña histórica

En un inicio no existía mucho interés por que los niños aprendieran a leer y a escribir.  Los chiquillos se dedicaban a jugar con bolas de vejigas de chancho. Por muchos años se creyó que la primera escuela había sido fundada en 1908.  Pero se encontraron en la escuela actas de matrícula del año 1900 que desmintieron esa versión. Fue en archivos nacionales donde se aclaró la duda. En esta institución aparece un documento del año 1888 donde la Junta de Educación solicita al gobierno que reconozca a favor del tesoro escolar de la Escuela de Varones y la Casa de Niñas de Sabanilla de Alajuela, los sueldos correspondientes a los maestros de estas escuelas durante el tiempo que ambas estuvieron cerradas en año anterior.  Con esto se concluye que la escuela fue creada en el año 1887 en la Administración de Bernardo Soto Alfaro, siendo Ministro de Instrucción Pública don Mauro Fernández, aunque ese año estuvo cerrada e inició sus labores en el año 1888. Otro documento que aparece es una carta de renuncia del director don Pedro Monge del 7 de junio de 1888, ya que sería nombrado secretario del alcalde y recomienda “como persona muy competente a don Nicolás Echeverría”. 

En estos tiempos la escuela se dividía en Escuela de Varones y Casa de Niñas, debido  a que aunque estudiaban en el mismo local, recibían clases por separado.  Se dice que una cerca de piñuela separaba las aulas. A la gente de Alajuela se le llamó por muchos años “piñuelas” por la costumbre de separar las propiedades con cercas de piñuela.

En 1890 se hace cambio de junta  y se solicita a la alcaldía para que medie entre la junta y el vecindario para la construcción de la Casa de la Escuela de Niñas.  Se acuerda que el vecindario, junto con la gobernación comprarán por 400 pesos la casa del señor Joaquín Alfaro. Además el vecindario cede a la Casa de Niñas ciertos materiales y se encargará de los que falte. Se describe el plano de la escuela “de cuatro varas de altura, construcción de “jigantón” en basas de piedra, cerrada de tabla, madera el cuadro y cubierta de teja”. 

Para el año 1902 aparece en Archivo Nacional un acta de la Agencia de Policía de Sabanilla de Alajuela donde el señor Francisco Pereira (Presidente de la Junta de Educación) denuncia que el Coadjutor don Florián Mayer, en su prédica del domingo había expresado que en las escuelas no se daba clase de religión. Firman como testigos de varias declaraciones, vecinos de la comunidad: Manuel Cabezas, Francisco Pereira, Francisco López, Ceferino López, Nicolás Echeverría, Jenaro Jinesta Soto, Higinio Vega Suárez, Juan Mejía, Francisca Cabezas. En ese entonces era directora de la Casa de Niñas la esposa de don Nicolás Echeverría. No consta su nombre.

Aparecen luego datos donde se manifiesta que en 1916 se inicia la ampliación de la casa de la Escuela de Varones.  Se destinaron 400 colones para hacer el trabajo y comprar el material que falte. Más adelante, cuando los niños y las niñas estudian juntos, pasa a llamarse Escuela Mixta de Sabanilla. En esos años se realizaban pruebas a los niños y a las niñas de las instituciones.  Aparecen datos de la Junta de Educación donde se paga al Lic. Luis Barquero la suma de siete pesos por alquiler de bestias y siete pesos más a la señora  Ramona de Sibaja por los alimentos suministrados a los examinadores.

El 14 de setiembre del 1921, con motivo de la celebración del centenario de la Independencia Patria, la Junta de Educación toma la decisión de bautizar con el nombre de Presbítero Juan Garita a la Escuela Mixta de Sabanilla de Alajuela.                                                                                                                                                                                                    En el año 1940 nuevamente nace la inquietud de dar un nombre a la Escuela Mixta de Sabanilla.  Se realiza una reunión en la cual se proponen los siguientes nombres: Federico Solórzano, Elías Salazar y Félix Noriega, todos con méritos suficientes, habiendo dedicado su vida a la enseñanza con esfuerzo e inteligencia tales que su recuerdo  es perpetuo en la memoria de los costarricenses.    Se elige por unanimidad el nombre de don Félix Noriega y se toma el siguiente acuerdo:

 “Se acuerda distinguir la escuela de este lugar con el nombre del meritísimo y bien recordado: Félix Francisco Noriega.”    

Más adelante la Junta recibe una carta del señor Gamaniel Noriega donde manifiesta que ni él ni su familia desean que la escuela lleve el nombre de su padre, por lo cual ruegan a la Junta revocar el acuerdo.

La escuela inició llamándose Escuela de Varones de Sabanilla y Casa de Niñas de Sabanilla.  Aparece hasta el año 1920  como Escuela Mixta de Sabanilla.

Para el 17 de setiembre de 1950, don Luis Felipe González Flores hace una visita a la Escuela Mixta de Sabanilla. Don Luis Felipe se distinguió por el amor a la infancia. Fue maestro, psicólogo, diputado, Secretario de Instrucción Pública, historiador, escritor, fundador de la Escuela Normal de Costa Rica y del Patronato Nacional de la Infancia.  Posiblemente por estas razones, Don Eliécer Murillo, director de la Escuela de Sabanilla, junto con la Junta de Educación deciden solicitar al Ministro de Educación don Virgilio Chaverri, que se bautice con el nombre de Luis Felipe González Flores a esta institución educativa. Lo anterior se acuerda el 21 de abril de 1951 en la Administración de don Otilio Ulate, cuando el Ministro de Educación don Virgilio Chaverri autoriza a la Junta de Educación el bautizo de la escuela:

“Sin embargo este Ministerio  no se opone al bautizo de una escuela con el nombre de un ciudadano cuyos méritos ameritan la distinción que se le hace, aún cuando no haya muestro y este es precisamente el caso de don Luis Felipe González que ha dedicado su vida de modo ejemplar al servicio de la educación nacional y al servicio de la niñez desvalida.”