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Escuela Ramón Herrera Vitoria
Escuela Ramón Herrero Vitoria
Puente de Piedra, La Argentina, Diagonal a la plaza de Deportes.
Teléfono de la institución
2494-4812
Correo electrónico institución
Horario
L - V 7:00am - 4:45pm
Nivel
Jornada
Condición
Pública
Código presupuestario
1169
Correo Junta
Lema de la institución
"Unión: Trabajo en equipo para alcanzar metas en común"
Nombre director
Jorge Salas Benavides
Director Institucional
Estandarte
Estandarte Institucional
Año de creación
1924
Reseña histórica

En el año 1912 la señora Felipa Vitoria viuda de Herrero proveniente de San Andrés de Soria de Castilla La Vieja, España, compra la finca denominada “La Joya” al Señor Alberto Pinto de 200 manzanas en ¢ 200 000, con un ingenio pequeño y la finca del Agualote.  

Posteriormente asumieron el mando de la hacienda los Señores Ramón Herrero Vitoria, Cipriano Herrero y Mateo Herrero. Le cambiaron el nombre, por lo que la denominaron Finca “La Argentina”. Dicho nombre se debe a que uno de estos señores propietarios tenía un hermano en Argentina (América del Sur).

Los caminos de acceso a esta propiedad fueron trochas que eran caminos en muy mal estado es decir, barro en invierno y polvo en verano. Ya fuera para viajar a Grecia o Alajuela, como medios de transporte usaron la carreta y el caballo. Al correr del tiempo estas vías mejoraron notablemente y la finca conto con carreteras que facilitaron el transporte tanta de productos como de personas.

Al principio a las actividades agrícolas que se dedicaban los peones fueron: arroz, yuca, repastos para mantener a más de cuarenta vacas y unas treinta yuntas de bueyes. La leche de las vacas se la vendían a los mismos peones y los bueyes para el transporte de productos. Luego hubo voltea de montaña a base de hacha para sembrar la caña de azúcar que hasta ahora sigue siendo el principal producto.

En el año 1971 se empieza a sembrar el café obteniéndose muy buena recolección dos años después.     Primeramente el personal que labora en la finca contaba con asistencia médica en el mismo lugar, ya que se contaba con un botiquín para brindarles primeros auxilios aplicados por los mismos patrones. Posteriormente se les llenaba un documento llamado: “orden” con el cual se presentaba el paciente a un médico de Grecia, este los atendía y luego pasaba la factura de sus servicios a la finca para ser rebajado al trabajador, el monto de la consulta en cuotas semanales.

Las primeras viviendas eran hechas de paja con piso de tierra luego de madera con techo de paja predominante el piso de tierra. Para sacar las hojas que sirven para empajar las viviendas tenían a una cuadrilla de mujeres trabajando en esta labor. Años después hubo casas de bahareque con techos de tejas algunas y otras de zinc. Tiempo después estas casas las sustituyeron por casas de madera y de block. Todas las viviendas desde la fundación hasta ahora están dispersas por toda la hacienda.

La familia que mantenía el liderazgo en la comunidad era los Herrero Vitoria, dueños de la hacienda.  En cuanto a las tradiciones que más sobresalieron fueron las religiosas donde se veneraba a la Virgen del Socorro, haciéndole procesiones y rosarios en un galerón de la hacienda. Luego se le siguieron haciendo rosarios a la Divina Pastora que la consideraban como abogada del ganado. Esta imagen la tenían en una caballeriza y ahí se agrupaban los vecinos a rezarle y contarle, aún se conserva. Además traían misioneros españoles para que se quedaran por ocho días en misión con el pueblo. Aun se continúa con las procesiones y novena a la Virgen del Socorro, pero el patrono actual es San Cipriano, nombre  que también lleva la ermita en honor a uno de los dueños, persona muy querida que ya falleció.

Las comidas más comunes eran arroz, frijoles, a veces yuca y guineo. Lo que no faltaba era un poquito de leche, ya que los peones le compraban la leche a los Herrero y cada semana les rebajaban lo que valía de su sueldo. Los hombres de esta comunidad en el tiempo de descanso lo que hacían era irse a la pulpería más cercana y otros se sentaban en el corredor con sus hijos a contar historietas y leyendas como la llorona, el cadejos, la Segua y la carreta sin bueyes.

En cuanto a las actividades deportivas sobresalía el fútbol. En la actualidad los únicos centros culturales que existen son una cancha de basquetbol y volibol y una plaza de deportes.  Dicha finca cuenta actualmente con una  ermita de construcción moderna llamada San Cipriano, este nombre se debe a que este señor (Cipriano Herrero) fue el que más contribuyo para levantar dicho edificio, también se cuenta con una junta edificadora que colabora bastante. Es el único centro religioso que existe en la comunidad, se celebra misa todos los domingos y ocasionalmente convivencias, bautizos y charlas.

Los peones actualmente reciben asistencia técnica en el uso y manejo de insecticidas y fungicidas, todos están protegidos por el Seguro Social y pólizas del Instituto de Seguros.  A los peones de la Hacienda se les presta una casa para que vivan, otros mantienen la casa pero no les tienen trabajo fijo sino en contratos ocasionales en tiempo de zafra y cogidas de café.

En la actualidad, la finca es administrada por Ramón Herrero su hermano Juan José y Julián Mateo. Quienes con su esfuerzo han ampliado la propiedad que limita con el rio Grande por el oeste, por el este con el rio Rosales, por el norte con el río Poró y finca Moctezuma, propiedades de Guillermo Vindas y Ricardo Rojas y por el norte Finca Peralta.

La primera escuela que se fundó fue de bahareque y techo de paja inaugurada por Don Otilio Ulate Blanco en 1916. La maestra era Gloria Bolaños. Esta escuela se ubicaba al frente de la actual de un solo maestro. Las personas interesadas por la escuela eran los dirigentes de la Hacienda, esta maestra se hospedaba en una casa de la finca.

Se impartía Lectura, Escritura, Ciencias, Estudios Sociales, Matemáticas, Canto y Costura.  Otra de las maestras que laboró en esta escuela fue la Señora Caridad Céspedes, que viajaba de su casa a caballo. Se impartía primero y segundo grado solamente.

En el año 1924 se fundó la actual escuela con un pabellón de tres aulas, corredor hecha en madera y vidrio y dos servicios sanitarios de hueco. Esta fue construida por el Señor Alberto Carvajal y Francisco Porras. En el año 1951 doña Isabel Araya de Bolaños es la directora, siendo a la vez la primera maestra titulada de la Escuela Normal de Costa Rica, en 1952 se traslada a la escuela de Rincón de Salas, quien toma la escuela Ana María Madrigal de Bogantes hasta 1975 año en que se pensiono, durante esta época se construyó otro pabellón que contaba con seis servicios sanitarios, un comedor una bodega y tres aulas más ya que la matricula aumentaba considerablemente.

En el año 1976 queda como Director el Profesor Guido Álvarez Navarro donde trabajaba hasta el año 1987, cuando se acoge a su pensión. Desde el primero de marzo de 1987 funge como Directora Técnica 2 la profesora María Eugenia Vargas Bogantes, ocho docentes, dos conserjes y una cocinera. Se imparte Kínder, Primero, Segundo, Tercero, Cuarto, Quinto y Sexto grado.

El nombre de la escuela lo lleva en honor a una de las personas que más colaboro en la construcción de la escuela. Por muchos años el edificio y el terreno fueron propiedad de los señores Herrero, sin embargo ante el interés de uno de sus dueños,  el señor Juan José Herrero, en el año 2012 se realizan los procesos legales por lo que dichas instalaciones pasaron a nombre de la Junta de Educación Ramón Herrero Vitoria.