Turrúcares se encuentra en el décimo primer lugar del cantón Central de la provincia de Alajuela, ubicada en medio de dos llanos del mismo nombre y en medio de todos ellos, comprendiendo un ángulo que forma el río Virilla y el río Grande de San Ramón. Estos llanos son bañados por el río Tizate y Siquiares, al norte limita con el distrito de La Garita, al sur con el cantón de Mora, al este con el distrito La Guácima y al oeste con el cantón de Atenas. Esta localidad mide 35.8 km2 y tiene una distancia con respecto  a la ciudad de Alajuela de 15 km al suroeste. Su nombre proviene de un cacique llamado Turrucaca, que vivía en la zona del río Virilla. Turrúcares.  Las actividades principales son de comercio y las realiza con la ciudad de Alajuela, la constitución de su suelo esta formado por areniscas conglomerativas y capas de conglomerado fossilífero, calizas, tufitas, ignimbritas y lavas balsámicas, la cual se encuentra en una franja entre finca Siquiares y las nacientes de quebrada Gemela. Turrúcares es considerada una de los más viejos asentamientos de población de nuestro país, ya que fue ruta del español Juan de Caballón; así como asentamiento de la población indígena de la región de Ciruelas. En el libro “Historia de Costa Rica” de Carlos Manuel Alfaro en la página 105 se lee lo siguiente: “Juan de Caballón después de haber bautizado Orotina como Valle de Landecho, decide continuar su viaje por el Valle del río Grande de Tárcoles tierra adentro, luego de atravesar una zona muy quebrada. En marzo de 1561 fundaron cerca de un río, una ciudad llamada Castillo Garci-Muñoz.
 
El lugar aún no se ha determinado con exactitud; se cree que está situado en los Llanos de “Turrúcares o del Carmen”. Como distrito de Alajuela se comienza a nombrar desde 1893, no se sabe con certeza la fecha de la creación. Esta localidad fue poco poblada, no existían carreteras, podría decirse que los caminos eran barriales. Al lado derecho de la Escuela existía una de las tres arroceras con que contaba el distrito; sus propietarios eran: Juan Mora, José Pérez y Sinencio Ramírez. En la actualidad se conserva la arrocera de Sinencio Ramírez.                                            
    
 La autoridad era ejercida por personas que utilizaban un instrumento llamado cepo, el cual se usaba para castigar a los que cometían delitos. Se dice que dicho material tenía como función asegurar la garganta o pierna de las personas. Turrúcares no contaba con fluido eléctrico hasta que Don Santiago Morera logró hacer gestiones para que el pueblo contara con este recurso tan importante y beneficioso para la comunidad. La topografía de esta región ofrecía cierta comodidad para el tránsito desde la colonia , abriéndose  durante mucho tiempo un puente comercial entre el Cantón de Mora y el resto del Valle Central. Teniendo la estación del ferrocarril eléctrico al Pacífico (1957) esta daba una gran fuente de trabajo a la localidad, como mercado, cuando había comunicación entre el Cantón de Mora y San José. 
 
Puede mencionarse que el día lunes para los pobladores de la regiónera un día de fiesta ; comerciantes de diversas partes se aglomeraban en el centro del pueblo   vender  sus productos en el mercado de la localidad, provocando esto un gran despliegue de gente en sus alrededores. Vendían dulce, arroz, maíz, frijoles, piñas, etc, dándose una especie de intercambio o trueque entre los comerciantes visitantes y los pobladores. 
 
Todos estos productos de intercambio los trasladaban en carreta de bueyes o a caballo , desde las  poblaciones lejanas al centro de nuestro mercado, ubicado en el centro de nuestro distrito. Realmente en un principio las tierras ofrecían gran fertilidad para los cultivos antes mencionados y para las huertas. Entre sus costumbres estaban el ir a misa los domingos, a las seis de la mañana y luego ir al mercado de la comunidad a comerse un granizado  a dialogar con sus amigos y muchas veces a verse con su novia.    
 
El decreto más importante para la comunidad fue el de la creación del distrito escolar el 26 de enero de 1886.